En una lectura de mi trabajo se comprueba como en la prosa se cuelan párrafos dotados de la musicalidad de la poesía. En cuanto a mis poemarios estos se construyen a través del hilo conductor de la narrativa, contando una historia a la largo de cada poema, incluyendo fragmentos narrativos entre ellos que lo conectan todo generando un conjunto que le da solidez al mensaje único del libro.

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Mis influencias no provienen exclusivamente de la literatura, sino que también beben del cine y de la música. Probablemente, todas ellas me influyen en la misma medida, marcando mi forma de escribir.

Me gustan las historias donde cada cosa que se cuenta aporta algo a la historia. Si tengo que dar nombres; Edgar Allan Poe, Agatha Christie y Stephen King, fueron los autores de mi adolescencia, los que me mostraron el mundo de la literatura. Antonio Soler y el propio Stephen King, al elegir sus ciudades como escenario de sus novelas, me decidieron a ubicar las historias que escribo en mi ciudad, Málaga, una característica de mi trabajo, porque, en definitiva, las buenas historias no son patrimonio de lugares mágicos, grandes ciudades o escenarios de película. Por último, Juan José Millás me invita a contar las historias desde un punto de vista muy personal.

En cuanto a directores de cine; Alejandro Amenábar, Daniel Sánchez Arévalo, Quentin Tarantino, M. Night Shyamalan, Alfred Hitchcock, son algunos ejemplos de los que han influido en mi modo de contar historias. Si hablo de música; letristas como Santi Balmes de Love of Lesbian, Enrique Bunbury o Vetusta Morla han dejado huella en mi forma de escribir.

Finalmente, me encantan los giros sorprendentes, y las tramas que hablan de personas. Soy un escritor contemporáneo que escribo sobre la realidad que me rodea.